Por Julia Rocío Dupouy Cardaci (*)
Mañana 5 de noviembre, se celebrarán las elecciones presidenciales en Estados Unidos, un acontecimiento que, sin dudas, repercute en el mundo entero. El sistema electoral del gran país del norte de América es muy diferente al que actualmente se instrumenta en Argentina y otros países, ya que aún mantiene la manera indirecta de votación, lo que puede generar confusión a la hora de entender la dinámica para elegir a sus representantes.
El licenciado en Ciencias políticas y Relaciones Internacionales, docente de la UCALP, Lucas Vidal (foto de arriba), señaló que “los estadounidenses elegirán presidente, vicepresidente y en varios Estados también a los gobernadores. A su vez, se renuevan las dos cámaras. Lo que hay que saber, básicamente, es que en la actualidad es el único sistema presidencial que conserva una manera indirecta de votar. Argentina hasta 1994 tenía el mismo, pero, luego de la modificación constitucional de ese año, se eliminó el Colegio Electoral, y la situación cambió”.
Añade: “Este método significa que las personas, en realidad, eligen electores y no directamente a los candidatos. En ese contexto, existe el Colegio electoral, en donde se define una cantidad de electores por Estado, quienes son los que van a definir al próximo presidente y al vicepresidente. En términos generales, se entiende que, si obtienen mayoría los electores republicanos, estos votarán por el candidato afín. Si bien hay registro de situaciones en donde el votante elige de manera sorpresiva a otro partido, no es algo que suele pasar”.
Cada Estado tiene una cantidad de electores en particular, por ejemplo, en California son 54, mientras que, en Texas, son 40. Los de mayor población tienen más peso.
Algo que resulta ajeno a nosotros es que un candidato puede ganar una elección sin obtener la mayoría del voto popular, ya que lo decisivo es la cantidad de electores.
“Lo curioso es que puede llegar a ganar un candidato que no obtenga la mayoría de los votos, porque lo que se pone en juego es la cantidad de electores. Lo que ocurre es que, en cada Estado, el candidato que gane la mayoría se lleva al resto, aunque la diferencia en porcentaje sea mínima”. Esta es una crítica que se hace al sistema, pues se plantea el hecho de que no se pone correctamente el foco en las preferencias populares.
Los ciudadanos no eligen directamente mediante su voto al presidente y vicepresidente, sino que delegan esa responsabilidad en el Colegio Electoral, compuesto por 538 electores.
Según el docente, “en Estados Unidos existe una predominancia de dos partidos, debido a que las preferencias sociales se adecuan a ellos; sin embargo, no significa que sean los únicos”, y agrega que “en las elecciones próximas, hay tres candidatos más a presidente además de Trump y Harris: estos son pertenecientes a los partidos verde, libertario e independiente”.
“Siempre se habla de un sistema bipartidista porque existe una tradición partidaria estadounidense que no se suele dar en otras situaciones. Además de eso, el hecho de votar un partido que no tendrá real relevancia en números hace que se sienta que buscar una alternativa es una pérdida de tiempo…”.
Algo desconocido para muchos es el hecho de que en los Estados Unidos no es necesario votar, según nos explica el licenciado Vidal, se trata de una decisión que apela al compromiso nacional del ciudadano: “El hecho de que alguien se dirija a votar implica interés en las votaciones y se considera hasta una acción patriótica”.
Asimismo, el politólogo agrega: “Los distintos sistemas electorales suelen elegir entre la obligatoriedad y la no obligatoriedad. Lo que se busca, en términos generales, es generar un voto genuino, no solamente de preferencia. Buscar que las personas se interesen realmente en los candidatos. La obligatoriedad, en términos generales, suele llevar a que varias personas voten sin siquiera estar convencidas. Se trata, en conclusión, de una decisión propia de los Estados que acarrea con ella tanto aspectos positivos como negativos”.
Para ganar las elecciones en EE. UU., una fórmula presidencial debe obtener, por lo menos, 270 votos en el Colegio Electoral. Si ningún candidato alcanza ese número, entra en acción la Cámara de Representantes.
Para concluir, el experto explica que la que viene “es una de las elecciones más importantes a nivel mundial, sobre todo porque la política internacional de Estados Unidos puede ser importante para América Latina. El hecho de quién gana define muchas cosas en nuestra región”.
“América Latina, en particular, está ligada a EE. UU. por fuertes lazos comerciales y políticos, y un cambio en la Administración podría impactar en ella”. Esta influencia convierte a las elecciones de mañana en un evento de interés global, especialmente para los países vecinos que, de una forma u otra, ven sus propias dinámicas influenciadas por los resultados.
(*) Estudiante de Periodismo, Facultad de Humanidades de la UCALP.