El contacto entre la literatura y los niños comienza mucho antes de que estos se conviertan en lectores autónomos. La palabra poética vuela, acaricia desde la primera infancia a través de las nanas, canciones, susurros que sus madres, padres, abuelos les regalan en cada arrullo, en cada abrazo. La voz de su madre o padre será su libro, los tonos de voz serán sus narradores, sus personajes; el canto, la poesía misma. Así se van poblando los estantes de la biblioteca interior que forma cada lector desde el contacto con las primeras manifestaciones estéticas que se desprenden de la boca de la madre/padre del niño.
Luego, llegarán los libros, y aquel universo se amplía, se vuelve mágico: libros sencillos, libros ilustrados, libros de tela, libros álbum. El mundo mismo se encierra en ellos y se torna infinito, se cobijan en las bibliotecas, se vuelve paraíso tal como sentía Borges. Y allí estarán los niños y las niñas junto con la literatura para hacerse amigos, compañeros, confidentes, refugio. Historias que quedarán en su memoria, imágenes que recordarán por siempre, porque la literatura en la infancia deja una huella que los acompañará gratamente para toda su vida.
Diplomatura en Literatura infantil.
Comienzo: agosto 2021.
Facultad de Humanidades
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