Jesucristo ha sido resucitado
Jesucristo ha sido resucitado
Jesucristo ha sido resucitado

Por Eduin Alexander Rincón Galarza (*)

Al iniciar a escribir, recordé una frase del teólogo Joseph Doré: “La pascua debería ser para los cristianos la ocasión de verificar el vigor de su fe en la resurrección de Jesús”, y es que, siguiendo a San Pablo, el testimonio de cada creyente en Cristo se torna creíble y motivo de esperanza cuando se transparenta -en la medida de lo posible- al Señor Resucitado en cada lugar, con cada persona y en toda situación.

Si en los días previos hemos podido ser con el Jesús muerto en cruz, hoy podemos decir que estamos más unidos al Señor porque el Dios de la vida lo ha resucitado y es el mayor motivo para nuestra alegría y esperanza. Pero para que ello sea, es preciso verificar en la interioridad si realmente estamos experimentando al Resucitado, más allá de la liturgia, más allá de un saludo. Verificar hoy pasa por preguntarnos: ¿Cómo experimento a Jesús resucitado en mi vida personal y comunitaria? ¿Con qué coraje asumo lo que me propone el Resucitado? Que no es otra cosa que seguirle y amarle para con él anunciar el reino, siendo muy conscientes de las realidades de cruz, de las lógicas antirreino. Verificar nuestra fe pasa por ir más allá de la formalidad de un saludo pascual. No tengamos miedo de dejar al poder del resucitado ser en nosotros y que nos mueva a trabajar por un humanismo solidario, por hacer posible la fraternidad universal y por compromisos eficaces en pro del cuidado de la casa común.

Tenemos como cristianos/as, como Universidad, como Iglesia, el gran desafío de testimoniar con la vida, en el modo de ser y proceder, al Señor Resucitado, porque no creemos en neutro, confesamos que creemos en Jesucristo y éste resucitado (1ª Cor. 15, 17). Anhelamos, como él, ser signos de amor y esperanza para los demás, preferentemente para nuestros hermanos/as pobres, marginalizados, excluidos. Si nos acercamos al libro de Hechos de los Apóstoles, podemos constatar que ellos mostraban a Jesús resucitado por medio de la celebración eucarística, pero también haciendo signos y milagros (Hc. 2, 42-44).

En coloquio con Jesucristo Resucitado, les invito a preguntarle:

¿Cuáles son los signos y milagros que podría hacer en tu nombre hoy, Jesús resucitado?, ¿Creo realmente que es posible?

¿Ante las realidades de anti-reino, realidades de muerte y cruz que siguen mostrándose en nuestros contextos cercamos y lejanos a qué me mueve tu poder de Resucitado internamente?, ¿A qué compromisos concretos me invitas hoy? Creo en tu Resurrección y en ti me confío.

Queridos/as lectores/as, Él, Jesucristo resucitado es nuestra alegría mayor, nuestra fuente de Amor, no tengamos miedo de ser en él testigos/as y artesanos/as de esperanza.

MUY FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN a todos/as, y que el Espíritu nos regale saber discernir en nuestros contextos cómo, con el poder de Cristo Resucitado, anunciar el reino de Dios, siendo esperanza, siendo alegría, siendo amor.

(*) Secretario Académico, Departamento Superior de Teología.