Con el propósito de fomentar el pensamiento crítico, la curiosidad, la resolución de problemas y la investigación, el Colegio Primario José Manuel Estrada realizó una nueva edición de su Feria de Ciencias “La buena vida”, donde los alumnos fueron protagonistas al compartir con sus compañeros, familiares y amigos los proyectos desarrollados a lo largo del Ciclo Lectivo.
A través de exposiciones orales y presentaciones con maquetas y láminas, los estudiantes mostraron lo trabajado en estos últimos meses y las herramientas que utilizaron para aprender a resolver problemas de manera estructurada y reflexiva.
Con la supervisión de sus docentes, cada año abordó una temática específica:
Primer Año: La salud bucal.
Segundo Año: Una alimentación saludable.
Tercer Año: La actividad física.
Cuarto Año: El cuidado del medio ambiente.
Quinto Año: Uso y abuso de las pantallas.
Sexto Año: La necesidad de una convivencia sana.
Estas actividades permiten ver la gran labor que realizan los chicos y los docentes abarcando diferentes temáticas que se mantienen año a año y les permiten, al finalizar, realizar elecciones sanas en sus vidas y convivir en fraternidad.
La directora del colegio, Claudia Centurelli, destacó la importancia de este tipo de espacios para el aprendizaje “porque fomentamos el interés por las ciencias, hacemos que los alumnos se preocupen, investiguen, se interesen por la tecnología. Todas estas investigaciones desarrollan habilidades críticas, la indagación, la resolución de problemas y la divulgación de conocimientos, porque deben contar lo que trabajaron y aprendieron. Además, promueve la construcción colectiva del conocimiento, integrando todas las áreas de estudio.”
Centurelli también subrayó el valor del acompañamiento y la colaboración con la escuela ya que “la familia se integra a este trabajo, apoya el aprendizaje y el desarrollo socioemocional de los niños, y fortalece su motivación hacia el colegio. Así construimos puentes entre el hogar y la institución, formando un equipo de colaboración en el que trabajamos juntos —familia y escuela— por el bienestar y el éxito de los estudiantes. Fue una jornada muy gratificante, y los padres nos expresaron su alegría por cómo resultó todo.”
Cada exposición, cada lámina y cada pregunta fueron una pequeña semilla sembrada en el corazón de todos los alumnos, una invitación a seguir explorando con asombro y a construir, desde la escuela, una vida más consciente, curiosa y fraterna.
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