IA en las aulas: entre la disrupción y la esperanza educativa
IA en las aulas: entre la disrupción y la esperanza educativa
IA en las aulas: entre la disrupción y la esperanza educativa

Por María Navarro (*)

El reciente relevamiento realizado por la Asociación de Institutos de Enseñanza Privada de Argentina (AIEPA)[1] revela una fotografía inquietante del escenario actual de la inteligencia artificial (IA) en las aulas argentinas: una tecnología que avanza con rapidez frente a sistemas educativos que aún no han trazado un camino claro para su integración pedagógica. Frente a esta tensión, emergen preguntas fundamentales que nos interpelan desde lo académico, lo ético y lo humano: ¿Cómo acompañar esta transformación sin perder el horizonte formativo? ¿Cómo hacer de la IA un recurso al servicio de la persona y no una amenaza a su dignidad?

Estas preguntas son aún más urgentes si se analizan bajo el prisma del Pacto Educativo Global propuesto por el Papa Francisco, que llama a “colocar a la persona en el centro de todo proceso educativo” y a “formar individuos abiertos, responsables, dispuestos a participar en la vida comunitaria”.

DATOS CLAVE DEL RELEVAMIENTO

El estudio de AIEPA, basado en la evaluación de 148 instituciones educativas privadas en todo el país, arroja datos de fuerte impacto:

  • Solo 2 de cada 10 escuelas cuentan con protocolos claros sobre el uso de IA.
  • Más del 50 % de los docentes y directivos perciben que los estudiantes ya utilizan estas herramientas con frecuencia.
  • El 77,5 % de los docentes reclama capacitación urgente y obligatoria.
  • 6 de cada 10 educadores no han recibido formación específica en IA.
  • El uso docente de la IA es mayoritariamente ocasional; apenas un 19% la integra de forma habitual.
  • La percepción del cuerpo docente es mixta (65 %), marcada por una mezcla de entusiasmo y preocupación.

Estos datos reflejan un contexto en el que la tecnología se ha adelantado a la normativa, a la ética institucional y a la formación pedagógica.

EL DESAFÍO ÉTICO Y PEDAGÓGICO: IA Y HUMANISMO CRISTIANO

La ausencia de protocolos y marcos institucionales no es un dato menor. La IA no puede ser comprendida solo como una herramienta técnica, sino como una realidad con profundo impacto ético, antropológico y cultural. El Pacto Educativo Global[2] advierte contra la fragmentación del saber y la deshumanización que puede acarrear un modelo educativo centrado exclusivamente en lo tecnológico.

Desde una cosmovisión humanista cristiana, la incorporación de la IA a la educación debe responder a criterios que privilegien la formación integral del ser humano, el cultivo de la conciencia crítica y el respeto por la dignidad de cada persona. La educación no puede reducirse a la eficiencia o la automatización: debe ser espacio de encuentro, construcción colectiva y discernimiento.

UNESCO Y LAS POLÍTICAS EDUCATIVAS

La UNESCO, en su reciente documento “Inteligencia Artificial y Educación: orientaciones para los formuladores de políticas[3], sostiene que es imprescindible garantizar un uso equitativo y ético de la IA, con foco en la inclusión, la justicia social y la equidad digital. A su vez, advierte sobre el riesgo de reproducir desigualdades si estas tecnologías no están acompañadas por políticas públicas de acceso y formación.

En sintonía, el Ministerio de Educación de Argentina ha comenzado a delinear estrategias de inclusión digital, pero aún no existe un marco nacional robusto que guíe la adopción de IA en las escuelas.

Esto deja a las instituciones, especialmente privadas, en un terreno ambiguo donde la autonomía no siempre viene acompañada de recursos o de orientación adecuada.

PROPUESTAS DESDE LA UNIVERSIDAD

Como universidad católica y desde la Facultad de Humanidades, propongo asumir un rol proactivo en la construcción de un marco ético y pedagógico para la IA en educación. Algunas líneas de acción:

  1. Formación docente integral: diseñar programas de actualización que integren dimensiones técnicas, éticas, filosóficas y pedagógicas de la IA.
  2. Elaboración de protocolos institucionales: desde un enfoque participativo, construir normas claras sobre el uso académico de herramientas de IA.
  3. Observatorio universitario de IA y educación: generar investigación aplicada sobre el impacto real de la IA en prácticas de enseñanza-aprendizaje.
  4. Diálogo con escuelas del entorno: generar redes entre universidad y colegios secundarios para acompañar procesos de implementación tecnológica desde una perspectiva humanista.

REFLEXIONES FINALES

Como señaló el Papa Francisco en el lanzamiento del Pacto Educativo Global, “la educación es un acto de esperanza”. Esta esperanza hoy se pone a prueba frente al avance de tecnologías como la inteligencia artificial, que pueden fortalecer o debilitar los procesos educativos según cómo sean implementadas.

Estamos frente a un punto de inflexión: la IA ya está en las aulas. La cuestión ya no es si se usará o no, sino cómo se usará y para qué fines. Las respuestas no pueden dejarse al azar, al interés de mercado o a la improvisación institucional. Urge, entonces, una acción coordinada y profunda, donde la tecnología esté al servicio del humanismo y no a la inversa.

Este momento desafiante es también una oportunidad: la de renovar el sentido de la educación en clave comunitaria, ética y transformadora.

Bibliografía y referencias

  • AIEPA (2025). Relevamiento sobre el uso de IA en escuelas privadas de Argentina.
  • UNESCO (2021). Artificial Intelligence and Education: Guidance for Policy-makers.
  • Pacto Educativo Global. (2020). Vaticano.
  • Ministerio de Educación de la Nación Argentina (2024). Plan Nacional de Alfabetización Digital.

[1] https://www.aiepa.org.ar/publicaciones

[2] https://sites.google.com/ucalp.edu.ar/pactoeducativoglobal/bienvenidos

[3] https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000379376

(*) Secretaria Académica | facultad de Humanidades | Universidad Católica de La Plata