Espíritu de servicio: hacia una cultura de la comunión
El título debe ser siempre reflejo de lo que se va expresar en los renglones venideros y es de esta manera como aquél los llamó a empezar a deslizar sus ojos por este camino de letras que poco a poco se va a ir convirtiendo en un camino de personas.
Lo siempre interesante es partir de la cultura en que nos toca vivir para trascendernos en esa propia cultura donde “debemos aprender a movernos dentro de la tensión entre la novedad y la continuidad” , para poder lograr una evolución en nuestro peregrinar. Quisiera detenerme un poco en los conceptos que nos brinda la frase anterior: el primero de ellos es aprender; en un marco universitario este verbo cobra un sentido distinto dado que, hacia lo que me voy a ir prendiendo, es más que un saber teórico. Es prenderse hacia un saber práctico puesto que todo lo que tomo para mi es también para el otro. Podemos decir acá que aprender es importante porque todos aquellos que están deseosos de hacerlo “aprenden a razonar con rigor, para obrar con rectitud y para servir mejor a la sociedad” . Poco a poco vamos entrando en la dinámica del servicio y la comunión. Justamente el segundo verbo al cual hare referencia nos hace entrar en esa dinámica: movernos; si decíamos que aprender es aquello que nos lleva hacia algo, el movimiento es imprescindible. Todo el tiempo nos estamos moviendo tanto intelectual como sensiblemente y es eso lo que nos lleva a un “contexto de la búsqueda desinteresada de la verdad donde la relación entre fe y cultura encuentra su sentido y significado” . Moverse en el ámbito universitario es directamente proporcional a aprender. De esta manera llego al último concepto: tensión entre la novedad y la continuidad, es acá donde debemos “ser capaces de reconocer las diferencias, los saberes previos, las expectativas e incluso los límites” para lograr aquello que se propone en el título: que el espíritu de servicio nos lleve hacia una cultura de la comunión.
Con el marco que nos precede paso a contar una experiencia que encierra todo lo que vengo hablando. Este año en la carrera de arquitectura los alumnos de tercero en las clases de teología manifestaron una inquietud que fue realmente muy bondadosa e intuitiva ¿Por qué está la teología en una carrera que nada tiene que ver con la teología? Pregunta interesante la cual necesitaba una respuesta elocuente. Después de un tiempo de maduración, la respuesta llegó y lo hizo de manera atrayente en una propuesta concreta la cual engloba la parte intelectual y la parte práctica que hacen ser a esta ciencia. La idea fue (y es) poner en valor un espacio del Hospital de Niños “Sor María Ludovica”. En este primer momento lo que se hizo es ir a hacer un relevamiento para tener una idea de que es lo que debe hacerse. Este proyecto tiene continuidad el año que viene en este marco que se propone que es hacer del don un carisma.
Todo lo anterior se podrá lograr “si el enviado revela esencialmente el amor del que envía” y tenemos presente que “en la misión de Jesucristo se abre la llamada a nuestra propia misión que revela nuestra verdadera personalidad, nuestro rostro completo” .
Damián Castro
Profesor de Teología de la Facultad de Arquitectura y Diseño
Autor: UCALP